Absorción eficiente para anestesia de bajo flujo en un quirófano
La anestesia de bajo flujo se ha consolidado en la última década como una técnica fundamental en el manejo perioperatorio. Más allá de ser una tendencia, representa un cambio en la manera en que los profesionales de la salud abordan la seguridad del paciente, la eficiencia en el quirófano y la sustentabilidad hospitalaria. Una pieza clave de este proceso es la absorción eficiente de dióxido de carbono (CO₂), indispensable para garantizar la estabilidad respiratoria y la seguridad durante la cirugía.

Imagen ilustrativa.
¿Qué es la anestesia de bajo flujo?
La anestesia de bajo flujo consiste en administrar gases frescos a un ritmo reducido —habitualmente entre 0.5 y 1 L/min—, lo que disminuye de manera considerable el consumo de agentes anestésicos como el sevoflurano, desflurano o isoflurano. Esta técnica, además de generar un ahorro económico, reduce la exposición ambiental de los equipos quirúrgicos a estos gases, apoyando los estándares de salud ocupacional.
En comparación con los sistemas de alto flujo, el bajo flujo permite aprovechar mejor los anestésicos volátiles administrados y genera menos desperdicio. Sin embargo, también demanda un sistema respiratorio cerrado o semicerrado que garantice la eliminación del CO₂ exhalado por el paciente, evitando la re-inhalación y el riesgo de hipercapnia.
La importancia de la absorción eficiente de CO₂
En un quirófano, cada detalle importa. El control del CO₂ es crítico porque su acumulación puede provocar complicaciones graves: desde alteraciones en la saturación de oxígeno hasta efectos hemodinámicos adversos. Los absorbentes de CO₂ dentro de los circuitos anestésicos son la herramienta que asegura que el paciente respire una mezcla libre de este gas nocivo, manteniendo la homeostasis durante el procedimiento.
La eficiencia del absorbente no solo depende de su capacidad de absorción, sino también de la seguridad del material utilizado. Históricamente, algunos absorbentes tradicionales contenían compuestos como el hidróxido de sodio o de potasio, que al interactuar con anestésicos halogenados podían generar subproductos peligrosos, como monóxido de carbono o el compuesto A, ambos con riesgos clínicos documentados.
De ahí surge la necesidad de materiales innovadores y seguros, capaces de cumplir con la doble misión: eliminar eficazmente el CO₂ y, al mismo tiempo, proteger al paciente de efectos tóxicos indeseados.
- AMSORB Plus: innovación y seguridad en el quirófano AMSORB Plus, desarrollado por Armstrong Medical (Eakin Respiratory), representa un avance importante en este campo. A diferencia de los absorbentes convencionales, AMSORB Plus está libre de álcalis fuertes, como el hidróxido de sodio y el hidróxido de potasio. Esto significa que no produce monóxido de carbono ni compuesto A, garantizando una mayor seguridad clínica durante la anestesia de bajo flujo. Entre sus características destacadas se encuentran:
- Indicador visual claro e irreversible: el absorbente cambia de color cuando su capacidad de absorción ha llegado al límite, evitando confusiones y errores en el recambio.
- Seguridad comprobada: al no generar productos tóxicos, protege tanto al paciente como al personal médico.
- Durabilidad y eficiencia: AMSORB Plus mantiene una alta capacidad de absorción por tiempos prolongados, optimizando el desempeño en cirugías de larga duración.
- Compatibilidad universal: puede emplearse en la mayoría de los sistemas anestésicos actuales sin necesidad de modificaciones adicionales.
Gracias a estas propiedades, AMSORB Plus se ha convertido en un aliado indispensable para anestesiólogos que buscan combinar técnicas de bajo flujo con altos estándares de seguridad.
Beneficios de la anestesia de bajo flujo con AMSORB Plus
- Seguridad del paciente: al eliminar eficazmente el CO₂ y reducir la exposición a compuestos tóxicos, el riesgo clínico disminuye.
- Eficiencia hospitalaria: el bajo flujo reduce el consumo de gases frescos y agentes anestésicos, generando ahorros considerables en la operación del quirófano.
- Cuidado ambiental: menos consumo y desperdicio de anestésicos significa menor huella de carbono, alineándose con políticas hospitalarias de sustentabilidad.
- Confianza para el equipo de salud: el indicador visual y el desempeño predecible de AMSORB Plus reducen la incertidumbre en la monitorización intraoperatoria.
Un ejemplo práctico en quirófano
Imaginemos una cirugía electiva de mediana duración, donde el anestesiólogo decide implementar anestesia de bajo flujo con sevoflurano. Durante el procedimiento, el sistema anestésico debe mantener una concentración estable del agente inhalado y evitar la acumulación de CO₂.
Con AMSORB Plus instalado en el circuito, el anestesiólogo puede trabajar con la seguridad de que el absorbente no liberará compuestos secundarios dañinos, incluso en condiciones de flujo reducido. Además, el cambio irreversible de color del material le permite identificar con claridad el momento exacto para el recambio, sin riesgos de reutilización inadvertida.
Este escenario refleja cómo la tecnología no solo optimiza el consumo de recursos, sino que también garantiza un entorno más seguro y confiable tanto para pacientes como para profesionales de la salud.
Futuro de la anestesia sustentable
El avance hacia prácticas quirúrgicas más seguras y sostenibles está marcando la diferencia en hospitales de todo el mundo. La anestesia de bajo flujo con absorbentes seguros como AMSORB Plus representa una convergencia perfecta entre innovación, responsabilidad ambiental y calidad en la atención médica.
Para instituciones comprometidas con la excelencia, invertir en este tipo de tecnologías no es solo una decisión técnica, sino una apuesta por un futuro más responsable y seguro en el área de la salud.
Conclusión
La absorción eficiente en anestesia de bajo flujo es un eslabón crítico en la seguridad del paciente y en la modernización de los quirófanos. Tecnologías como AMSORB Plus demuestran que es posible combinar eficacia, seguridad y sostenibilidad en un solo producto.
En UCIN Médica promovemos soluciones que elevan el estándar de la práctica clínica, respaldadas por innovación tecnológica y un enfoque constante en el bienestar de pacientes y profesionales.